Descripción
Carmelo Rodero Crianza tienen todo aquello que cabe esperar de un buen tinto crianza de la Ribera del Duero: fruta negra, carácter, frescor y amabilidad. Recuerdos a café y vainilla derivados de su crianza en roble, perfilan con nitidez la esencia de la buena fruta madura. En su final asoman los aromas a regaliz y una elegante sequedad que lo convierten en el compañero perfecto para multitud de platos. Es ya un gran vino, complejo, especiado y versátil, pero seguirá creciendo en botella durante unos cuantos años.